Blog de Mindfulness para Sanitarios

Navegando las Tormentas: La Resiliencia como Brújula de la Fortaleza Interior

En medio de las tormentas de la vida, la resiliencia emerge como un faro de esperanza y se convierte en ancla que nos conecta con nuestra fortaleza interna.

Los seres humanos tenemos una gran capacidad de adaptación al entorno que está en constante cambio, a sucesos desafiantes y dolorosos que antes o después aparecen en la vida. Todos tenemos cierto grado de resistencia frente al estrés y eso es en parte, gracias a la resiliencia. Y digo en parte, porque la resiliencia no sólo nos permite afrontar situaciones estresantes, sino que nos permite además crecer gracias a ellas.

En este artículo, exploramos en profundidad qué es la resiliencia, sus características distintivas, los beneficios que ofrece y cómo podemos cultivarla.

La palabra resiliencia procede del verbo en latín resilio que se traduce como “rebotar o saltar hacia atrás”. Es un término utilizado en física para hablar de los materiales que tras un impacto pueden volver a su forma original. En el ámbito de la psicología se considera que es la habilidad para hacer frente a adversidades, recuperarse de ellas e incluso salir fortalecido de las mismas, en definitiva, la capacidad de levantarnos cuando nos hemos caído.

Que una persona sea resiliente no significa que no experimente dolor y dificultades en su vida, tampoco significa que sea indiferente o muestre frialdad ante ellas.

Sería más bien al contrario, lo más probable es que alguien con un nivel elevado de resiliencia, haya llegado ahí gracias a que todo lo acontecido en su vida le ha ido curtiendo, como reza el dicho “lo que no te mata te hace más fuerte…”

La resiliencia empezó a ser considerada y estudiada a partir de los años 70, se dejó de lado la creencia de que era una cualidad innata en algunas personas, y empezó a considerarse que no se trata de una habilidad que posees o no, sino que implica una serie de actitudes y conductas que pueden aprenderse y entrenarse.

¿Por qué hay algunas personas que son más resistentes al estrés que otras?

El grado de adaptación que tenemos frente al estrés depende de una serie de recursos o apoyos que nos ayudan a lidiar con las situaciones estresantes y hacerles frente.

Hay recursos externos como por ejemplo las relaciones sociales de apoyo y cariño que fomenten la confianza y la seguridad; construir y nutrir vínculos sólidos con otros es fundamental, ya que el apoyo de amigos y familiares es un pilar en momentos complicados.

Otro recurso externo es un entorno tranquilo con poco ruido, rodeado de naturaleza, por ejemplo, que ayude a calmar nuestro sistema nervioso.

Al mismo tiempo son especialmente importantes los recursos internos, aquellos que dependen del propio individuo, tales como las creencias sobre sí mismo y sus capacidades, el nivel de autoestima, el sentido de coherencia con el propio sistema de valores.

Seguro que conoces a alguien que ante una tragedia ha respondido de una forma increíblemente alucinante, tanto como para pensar que está hecha de otra pasta y es que las personas resilientes despliegan todos sus recursos de afrontamiento y poseen unas cualidades o características que los hacen especiales. Vamos a ver algunas de ellas:

  • Sensación de control sobre ellos mismos y su entorno, pues enfocan su atención y energía en aquello que depende de ellos o en lo que pueden influir de algún modo en lugar de enfocarse en circunstancias externas que escapan de su control.
  • Fortaleza interior y adaptabilidad: Una persona resiliente se adapta y florece en medio de los cambios y desafíos, demostrando una flexibilidad y equilibrio interno en momentos difíciles.
  • Capacidad para regular sus emociones y ser autocompasivos, para ello es necesario desarrollar cierto nivel de conciencia de uno mismo, de las sensaciones y emociones, del tipo de pensamientos que tienen y cultivar una voz interna amable que acompaña en situaciones difíciles.
  • Mentalidad de crecimiento: Ven las dificultades como retos u oportunidades para aprender y crecer.
  • Compromiso y determinación: La persona resiliente está comprometida con un propósito vital, con algo que da sentido a su vida y eso le ayuda a avanzar con perseverancia hacia sus objetivos. Dichos objetivos están cimentados en unos valores profundos que dan sentido a su vida y ayudan a superar los obstáculos que aparecen en el camino.
  • Las personas resilientes son capaces de construir desde las ruinas, para ello despliegan toda su creatividad y sentido del humor, demostrando una gran alegría de vivir.

Es importante tener en cuenta que la resiliencia no es una característica exclusiva de unos pocos, ni es estática, sino que puede desarrollarse y fortalecerse a lo largo de la vida.

Eso lleva consigo una serie de beneficios:

  • Mejora la salud mental: Niveles altos de resiliencia están vinculados a una menor incidencia de trastornos mentales y una mayor capacidad para enfrentar el estrés, sin desbordarse ni agotarse.
  • Mayor sensación de felicidad: Las personas resilientes tienden a experimentar una sensación más profunda de satisfacción vital y felicidad en la vida.
  • Crecimiento personal y fortaleza: Los desafíos superados fortalecen la autoestima, la seguridad en uno mismo y fomentan el crecimiento personal.
  • Mejora la efectividad personal: La resiliencia está relacionada con un desempeño laboral más sólido y la capacidad de enfrentar los desafíos del trabajo.
  • Mejoran las relaciones interpersonales: La capacidad de manejar el estrés y la adversidad contribuye a relaciones más saludables y significativas.

En el ámbito sanitario, se ha comprobado que niveles altos de resiliencia se correlacionan inversamente con niveles altos de burnout. Es decir que a mayor resiliencia menos probabilidad de quemarse o agotarse por el trabajo.

La evidencia científica también ha demostrado que la práctica de mindfulness y autocompasión aumentan la resiliencia y disminuyen el estrés. De modo que ya tenemos la clave para poder fortalecerla.

El PAPS (programa de autocuidado para profesionales sanitarios) está diseñado por y para profesionales de la salud que quieren aumentar su resiliencia e integrar en su vida formas de cuidar de sí mismos para poder cuidar mejor de los demás.

“La mayor gloria no es nunca caer, sino siempre levantarse” Nelson Mandela

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